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Foto del escritorMony RB

Se Audaz

Actualizado: 12 ene 2020

Capítulo 1.


Y allí estaba Ella…


Y de repente, allí estaba ella, con miles de pensamientos, miles de posibilidades, miles de sueños. No importaba que el tiempo hubiera pasado, no importaba que ya no era la misma de hace años atrás, no importaba ni siquiera lo que pensaba, sólo la impulsaba una fuerza que ella ni siquiera entendía.


¿Cuál será el paso a seguir? Esa era la pregunta que rondaba su cabeza. A pesar de que su vida, su mente y su corazón habían cambiado de manera radical, los fantasmas del temor, de su pasado, de viejos y constantes fracasos, la hacían dudar y abstenerse de volver a pisar en falso. Sin embargo, era mayor la fuerza que la movía, era más lo que en su interior le gritaba que no podía devolverse al lugar donde estaba.


Decidió caminar, seguir lo que le decía su corazón, seguir buscando su verdadera esencia, la persona que verdaderamente era y no la que le habían dicho que decía ser. Gritó, bailó, rió, pensó, cantó, pero por encima de todo esto habló, si, habló, algo que no solía hacer con frecuencia, es decir, no sacando de su corazón lo que verdaderamente sentía, creía y pensaba. Habló de diferentes maneras, algunas veces hasta habló de más, pero en el fondo eso le dio cierta libertad, le ayudó aun a encontrarse, a escucharse, a entenderse.


Decidió salir y ya no esconderse, esa fue la parte más difícil, porque siempre fue una persona que fácilmente pasaba desapercibida, alguien que no se veía o que nadie notaba y ella estaba acostumbrada a eso hasta que entendió que en la vida es necesario salir, que nunca iba a impactar al mundo si seguía escondiéndose. Así que, por más que le costó, comenzó a salir, paso a paso, poco a poco, aprendiendo nuevas cosas y siguiendo su corazón.


Y de repente, allí estaba ella, la misma, pero diferente, una nueva historia por escribir.


Capitulo 2.


Decido no ser parte del sistema


Hay situaciones y circunstancias en la vida que verdaderamente muestran y sacan a la luz quienes somos, quien realmente somos. Para algunas personas, de las cosas más duras que vivimos en oportunidades es enfrentarnos con nuestro verdadero yo, con ese yo que tal vez no gusta tanto, ese yo que no creemos que somos, ese yo oscuro que por momentos tiende a asomarse y que en ocasiones es el único que se ve.


Esos tiempos pueden servirnos para dos cosas, o bien descubrimos nuestro lado oscuro y peleamos contra él haciendo lo que sea necesario o sencillamente nos rendimos ante él y dejamos que nos domine y nos amargue el camino.


Atravesando uno de estos momentos, me encontré con una realidad que a pesar de que conocía y sabía que hacía parte de mis debilidades no imaginé que afectaba tan profundamente tantos aspectos de mi vida, sin embargo, este estrellón fue bastante bueno pues me llevó a evaluarme y a reconocer la realidad.


Al principio no es fácil asimilarlo o aceptarlo, la reacción natural del ser humano es evadir o culpar, echar la responsabilidad sobre algo o alguien, pero doy gracias a Dios que de alguna manera logré superar esta primera fase y pude ser consciente de que verdaderamente si me estaba equivocando y estaba fallando.


Comenzar a reconocer, a examinar, a ahondar en aquello que es mi debilidad fue una experiencia incómoda pero liberadora en cierta forma. El paso a seguir era enfrentar el error, restaurar, buscar cambiar mi posición y mi actitud, otro proceso difícil pero que con determinación fue posible superar y sigue en proceso de ser superado del todo.


Ser audaz también tiene que ver con tener la capacidad de aceptar, reconocer y corregir las partes desagradables de quienes somos. Lo curioso es que pocos asumen este reto, pocos son los que deciden dejar de culpar o responsabilizar a otras cosas, circunstancias o personas y tomar las riendas de aquello que nos oscurece.


Hoy te invito a asumir una nueva posición y actitud, si estás pasando por algo similar, si en este momento de tu vida están ocurriendo cosas que están dejando ver tu “lado oscuro”, no te sientas mal más allá de lo que debe ser, no busques excusas o justificaciones, no culpes a otros ni evadas tu responsabilidad pues si bien hay cosas que nos afectan y nos dañan, somos nosotros quienes decidimos. ¿Quién vas a decidir ser? El que sigue lo que el sistema dice de culpar a otros o el que se sale del sistema y asume quien es y se determina a cambiarlo.  Si te decides por lo segundo, déjame decirte que vas a ser una persona que podrá cambiar el mundo.



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